El Diccionario de la Real
Academia Española define ciudadanía como “cualidad y derecho de ciudadano;
conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación; comportamiento propio de un
buen ciudadano” y a ciudadano como “natural o vecino de una ciudad; persona
considerada como miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y
sometido a sus leyes”. Sin embargo, si la ciudadanía se ejerce en un espacio
geográfico delimitado, la ampliación del concepto de territorialidad producida
por el vertiginoso avance de las TIC constituye hoy un reto para la formación
ciudadana. Por lo tanto, se hace
necesario educar en ciudadanía desde nuevos planteamientos, más abiertos, donde
la heterogeneidad, las diferencias, lo distinto no tenga cabida, más amplios,
para que trascienda del territorio y la comunidad más mediata a comunidades
cívicas globales y virtuales y más complejos, que posibiliten reconocimientos
de identidades y ciudadanías múltiples.
Las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) pueden contribuir al acceso universal a la
educación, la igualdad en la instrucción, el ejercicio de la enseñanza y el
aprendizaje de calidad y el desarrollo profesional de los docentes, así como a la
gestión dirección y administración más eficientes del sistema educativo. El
aprendizaje electrónico es la piedra angular para construir sociedades
integradoras del conocimiento. De ahí lo importante de educar ciudadanos
responsables y capaces de interactuar y aprender en la red.
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